Descripción
Parto mi intervención con la Declaración Final de la Conferencia Mundial sobre Educación Superior: “Aprender a emprender y fomentar el espíritu de iniciativa deben convertirse en importantes preocupaciones de la educación superior. Las instituciones educativas deben brindar a los estudiantes la posibilidad de desarrollar plenamente sus propias capacidades con sentido de responsabilidad social, educándolos para que tengan una participación activa en la sociedad democrática y promuevan cambios que fomenten la igualdad y la justicia”. La estrategia que conlleva a una transformación productiva de un país está íntimamente ligada con procesos de innovación1. En nuestro país, necesitamos una transformación, basada en la: (a) innovación, altamente valorada por los consumidores, a estos les gusta probar nuevos productos y servicios y (b) la transferencia de investigación y desarrollo para el incremento de la productividad y la competitividad de nuestras empresas, ya que todavía se puede considerar como débil el proceso de transferencia I+D como apoyo al proceso emprendedor. Adicional a esto, uno de los principales problemas que enfrentan las empresas nuevas y en crecimiento es el apoyo financiero, las subvenciones y ayudas gubernamentales no son suficientes y este problema parece agudizarse cuando se trata del financiamiento específico para la adquisición de nuevas tecnologías. Un aspecto que, aunque se mantiene con una baja evaluación, mostró un cierto nivel de mejoría, fue la transferencia eficiente desde las universidades y centros de investigación de nuevas tecnologías, Ciencia y otros conocimientos importantes en materia de nuevos emprendimientos (GEM PANAMÁ 2013). Por tanto, es ahora necesario fomentar el emprendedurismo en la población y apoyarlo con el ambiente adecuado, potenciando las oportunidades de crecimiento personal; ya que genera empleos, aumento de riqueza, desarrollo humano y el bienestar social, dando oportunidades para toda la población.
Editorial
Universidad Especializada de las Américas